Cotiella (2.912 m)
Cotiella a la derecha, collado de Cotiella y Cotielleta a la izquierda
Lunes 22 de Mayo. Aprovechando una feliz coincidencia de dias libres, nos vamos al Pirineo. Esta vez nos acercaremos al Pico Cotiella que, sin estar verdaderamente integrado en la cordillera pirenaica (según algunos autores), es un espectacular macizo que alcanza los 2.912 m. de altitud. Al ser un macizo calcáreo, la erosión ha modelado unos barrancos y cumbres muy abruptas, siendo un terreno cárstico donde existen grandes y profundas simas y cuevas.
En ésta ocasión subimos Quique, Miguel, mi hijo Alvaro y un servidor. Después del ya conocido viaje y la parada a comer algo ligero en Graus, llegamos a Seira, en donde nos despedimos dela civilización con una cervecita. Desde allí, la carretera nos lleva a Barbaruens, desde donde continuamos por una pista hasta llegar al punto deonde dejamos el coche e inciamos la subida a pie.
Inicio de la senda. El tiempo amenaza tormenta, pero aun así nos decidimos a subir
Y sí, nos pilla la tormenta. Menos mal que vamos preparados y en vez de quedar calados hasta los huesos en 3 minutos tardamos 30... En fin, tampoco fue tan dramático. Aquí ya falta poco para el refugio. Abajo, entre los árboles, de puede ver el Ibón de Armeña. Un lugar extraordinariamente bonito, a 1 hora del coche.
Ibón de Armeña
Bordeando el Ibón de Armeña, a pocos minutos del refugio
Llegando al refugio de Armeña
En el refugio nos encontramos a 2 montañeros catalanes muy majetes. Nos invitaron a una butifarra y dejaron el refugio como los chorros del oro. Gente así da gusto encontrar. Desde aquí, ¡muchas gracias!
En la puerta del refugio. Por cierto, para información de los posibles visitantes: Hay chimenea y leña por los alrededores, y parrilla para asar. Así que no es mala idea lo de las butifarras para cenar calentito.
En la terracita del refugio. ¡Unas vistas espectaculares!
Comedor-cocina-Salón
Ya en el refugio, nos instalamos, cenamos opíparamente, y nos acostamos temprano. Como casi siempre, la experiencia de dormir en un refugio de alta montaña poco masificado es muy grata, aunque a veces los compañeros profieren extraños sonidos al dormir. Yo no.
Amanece un hermoso día. Después de un buen desayuno, cogemos los bártulos necesarios e iniciamos el ascenso. Pronto encontramos los primeros neveros, que alternamos con tramos de sendero señalado con hitos. Pronto intuimos donde está el collado y hacia allí nos dirigimos ganado altura rápidamente.
Como se puede apreciar, el macizo de Cotiella es una mole caliza con todas las características de un "Karst" muy desarrollado en el que abundan las simas, alguna de ellas superando los 1.000 m. de profundidad.
Varias tomas de la subida hacia el collado de Cotiella
Una paradita para hidratarnos y descansar un poco. Me cuesta coger el ritmo, pero una vez lo consigo, que me echen metros...
A lo lejos empiezan a aparecer los macizos de Aneto-Maladetas y Perdiguero
El circo de Armeña
Y ya atacamos la pala final que nos lleva a los corredores que llegan al collado de Cotiella. La inclinación no es excesiva, y lña parte final es de roca sin dificultad. En invierno debe de estar complicadillo salir al collado por las cornisas de nieve...
Llegando al collado de Cotiella
Bordeando el circo para llegar a la collada de Las Neiss
Desde el collado de Cotiella flanqueamos un circo bastante incómodo y descompuesto que nos lleva a la colladeta de Las Neiss, donde dejamos las mochilas. Nos quedan 200 m. de desnivel hasta la cumbre.
Colladeta de Las Neiss
Peña Montañesa al fondo
Cumbre del Cotiella (2.912 m.)
Descendiendo...
Y después de un rato en la cumbre contemplando el Pirineo desde Sant Maurici-Aigües Tortes hasta el Vignemale, iniciamos el descenso por donde hemos subido.
Descenso del collado de Cotiella
Los neveros nos facilitan mucho el descenso, tanto en rapidez como en comodidad.
De nuevo en el refugio. Ahora solo queda comer algo, preparar las mochilas e iniciar el descenso al coche.
Dejamos atrás el refugio.
Collado de Armeña. desde aquí al coche, una horita.
Hoy hemos podido acudir casi todos los del grupo. Hace un dia agradable y la primavera ya está encima.
El primer tramo discurre por una pista que nos aburre un poquito. Por suerte, está lleno de espárragos silvestres, que son deliciosos, tanto crudos como en un revuelto. 
Miguel en la Masía La Mosquera. Imponente caserón, lamentablemente en ruinas. Cerca de aquí encontramos a un paisano recolectando unos pocos espárragos. Hay para todos...
En la cumbre del Pico Bellota. Al fondo, Chóvar.
Y ya de descenso hacia la Masía de la Mosquera y un tramo de pista hasta los vehículos
